Uno de los nombres que se da en astrología al planeta Saturno es El Señor del Tiempo. Tiene más, como El Señor del Karma, y su simbolismo astrológico lo relaciona con los límites, con el pasado, con las dificultades y también con la sabiduría. Se lo ha asociado con la memoria, con la severidad YHWH y también con el Plomo -que alquímicamente puede transformarse en Oro...
Como todos los planetas, tiene su aspecto positivo y otro negativo. Cuando está a buenas, con trígonos, sextiles y alguna que otra conjunción, las energías de Saturno otorgan seguridad, conocimiento, prudencia y capacidad de discernimiento. Pero con las cuadraturas y oposiciones entramos un área de nuestras vidas que conllevará trabajo, esfuerzo y a veces sufrimiento; nos encontramos con puertas cerradas y las cargas que vienen del pasado -es un aviso de que allí hay algo que recordar, integrar y superar. Como que Saturno puede ser una fuente pesares, la astrología tradicional siempre consideró a este planeta como uno de los maléficos, un dispensador de dificultades y soledades. Pero en la actualidad, con un enfoque más psicológico, la astrología pretende sacar a la luz un aspecto más positivo de este astro: detrás de las dificultades se encuentran las oportunidades de crecimiento. Y este es el enfoque que Liz Greene ha querido dar a este estudio sobre Saturno: una visión de que, al sobrepasar los obstáculos, el camino se vuelve llano nuevamente: todas las dudas, las excusas y los temores no son más que un espejismo generado por nuestra propia mente, un obstáculo que nos ponemos delante para poder superar una prueba.
Saturno. Un nuevo enfoque a un viejo diablo, es una invitación a cruzar la puerta que franquea nuestros más profundos y arraigados miedos. Y es también un estudio sobre lo positivo que aporta este planeta a nuestras vidas: solidez, confianza, sensatez y acierto en nuestras acciones. En él Greene analiza los aspectos de Saturno con los otros planetas, en su emplazamiento en Casas y Signos, y también en sinastría con otras cartas. Es una poderosa herramienta para orientarnos en los territorios oscuros y de frustración, sobretodo durante períodos en los que los dioses del cambio (Urano, Neptuno y Plutón) entran en tránsito y activan estas zonas conflictivas de nuestras vidas.
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