sábado, 25 de junio de 2011

EL ARBOL DE LA VIDA


Aquí termina una de las ramas del gran árbol de la vida, que seguramente florecera y dará frutos. Termina como empieza, porque el principio y el final, alfa y omega son lo mismo. Venimos de ¿...? a la vida, y nos vamos hacia ¿...? en la muerte, ese interrogante es el mismo.

Recuerdo que hace un tiempo tratábamos en un foro sobre si todo era unidad o, sobre si todo era vacuidad, unos decían todo es unidad.. otros, todo es vació... en realidad, creo que indican la misma realidad.
En relación a esto leemos en el Kybalion:

“Todo es mente; el universo es mental.
... Diremos que el Todo es ESPÍRITU que en sí es INCOGNOCIBLE y por tanto INDEFINIBLE. Pero puede ser concevido como una MENTE UNIVERSAL, INFINITA Y VIVIENTE. Todo el universo fenoménico es una creación mental de ese Todo, y como tal, está sujeto a las leyes de las cosas creadas...”

Más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se halla la Realidad Sustancial, la Verdad Fundamental.
...Más allá de toda apariencia externa o manifestación debe haber siempre una realidad substancial. Esta es la ley. El hombre, al considerar el universo del cual forma parte, del que es una unidad, sólo advierte un continuo cambio, en lo material, en las fuerzas, en los estados mentales. Nada "es", todo cambia y se transforma, nada permanece quieto, todo está naciendo, creciendo, muriendo. Al alcanzar una cosa su culminación empieza a declinar. No existe ninguna realidad, nada es firme, fijo o substancial.; nada es permamente, todo es cambio.
...la naturaleza íntima de El Todo es incognocible. Y debe ser así, pues nadie, excepcion hecha del mismo Todo, puede comprender su propia naturaleza y su propio ser...

...Todo está en El Todo y El todo está en Todo"

Esta conciencia percibida desde la individualidad fracciona y separa, muchos recorren el camino de retorno hasta descubrir su verdadera naturaleza, el proceso de evolución de la consciencia descorre un velo tras otro conduciendonos a la unión de todas esas partes, y en ese proceso, despertar, volver a dormir, despertar y volver a dormir… hasta abrir los ojos, despertar, y no volverlos a cerrar, sin miedo ni temor a reconocer la verdad. La integracion de cuerpo, alma y espíritu nos conecta al momento presente, no existe nada más allá de este momento.
Esta consciencia individual hay que trabajarla para conectarla con la conciencia universal. Y hay que reconocerlo en vida.

Recuerdo que hace tiempo leí un libro que hablaba sobre física cuántica y lo que mas me llamo la atención fue saber que por primera vez la ciencia tenia en cuenta al observador y a la observación, y que habían descubierto que las cosas existían porque las observaban. La verdad es que me sorprendió, porque seguramente cuando uno se muera dejara de ser el observador y de ahí la importancia de vivir el presente y darse cuenta en vida. Transcribo algunos párrafos de ese libro:

“... ningún otro estado existe entre dos estados cuánticos adyacentes. Esto significa que hay una transición, la forma precedente de la partícula muere y nace otra forma nueva; el intelecto se complace en ver una forma inmortal, algo material que subsiste eternamente y que ocupa de forma sucesiva todos los estados disponible en un continuum.

...La partícula muere y renace sin cesar.

La mente crea así la ilusión se su continuidad; cree subsistir, mientras que nunca es la misma a casa instante. La impresión de continuidad de una individualidad procede de la memoria y las asociaciones creadas entre los elementos memorizados...

La existencia de una discontinuidad en física cuántica no es extraña a esta discontinuidad mental. Toda forma es discontinua, toda manifestación es puntual en el espacio-tiempo. He aquí la esencia de la manifestación de una presencia que de lo contrario es difusa y nunca manifestada.” La plenitud del vació, Jean Bouchart d’Orval

Para mi la pregunta ¿quien soy yo?, esconde un miedo terrorífico a la muerte, una necesidad de indagar en lo desconocido y de descubrir porque estamos aquí.
De hecho esto es lo que había estado realizando recorriendo los senderos del árbol de la vida, en los diarios, en los análisis psicológicos, en la observación de mi misma, de lo que me rodea, en la practica de la sadhana... pero hasta el momento en que no se manifestó mi miedo puro y duro a dejar de existir esa pregunta directa no resonó en mi. Es en ese momento donde uno empieza a hacer practico todo el conocimiento que ha adquirido y a desechar lo que no le sirve.

Puedo reconocer, que sí, que cuando muero no soy el cuerpo ni la mente, pero también reconozco que cuando vivo soy el cuerpo y la mente, que cada una de las partes de mi dice “yo soy” y cada una de las células de mi cuerpo sabe la función que tiene que realizar, a donde tiene que ir y de que forma parte, quizá sea el hombre el único que se haya alejado tanto de su naturaleza que no lo sepa. Y cuando muera el cuerpo se descompondrá y cada parte de él ira al lugar que le corresponda, las ideas y la obra que han formado parte de mi quedaran en la memoria de los que dejo atrás y formaran parte de ese gran inconsciente colectivo y la conciencia individual romperá sus limites, la expansión de la consciencia llegara a su auge para disolverse en si misma, en su origen.

Pienso que hay reconocerse tanto en las cosas externas, como en las internas, en la materia y en el espíritu, porque ¡si! todo es mente, todo es conciencia, espiritu, unidad, vacuidad... consciencia en diferentes estados, esa conciencia puede estar encerrada y limitada a el cuerpo y la mente ordinario, pero también puede salir de ellos, sentirse ser un árbol, las montañas, el viento, una mesa, una casa, una ciudad…. incluso otra persona, es difícil, pero posible ir mas allá y vibrar con otras armonías y crear nuevas melodías.

A partir de este momento empieza a brotar una nueva rama del gran arbol de la vida que indagará en el sentido del despertar y de la iluminación.




Entre la vida y la muerte hay un hilo conductor, el eje, el vehículo, es la conciencia.

La Presencia es la consciencia presente del Ser

La conciencia de Keter esta manifiesta en la presencia de la Shekinah en Malkut.

Shiva conciencia es manifestada por medio de la energía de Sahkti creando el juego de lila.

El funcionamiento armónico de la naturaleza en el Tao comprende al Ying y Yang.

El observador, la consciencia interior, ve su reflejo en lo observado, consciencia externa, por medio de la observación, la consciencia integral y unificadora.


Ser, conciencia y presencia… prácticamente esto lo dice todo, sintetiza todas las formas de pensamiento, que mas podría decir, que mas podría explicar, en que mas me podría enredar…

No hay comentarios:

Publicar un comentario