sábado, 25 de junio de 2011




El cordón de la cruz que nos consagra como misioneros de la Orden del Aquarius es la representación simbólica de la Gracia, de la Misericordia de Dios, la cual nos une al padre. Este cordón es alineado por la conciencia del candidato, por la luz inteligencial que tengamos de la Cruz que llevamos y de la misión que nos toca realizar en esta vida. Pero no podemos hacerlo instintivamente porque no nos ayuda en la evolución.



Necesitamos aprender a respirar conscientemente puesto que cada respiración es el mismo aliento divino que nos permite vivir; este es el Poder de Dios en nosotros. De allí también el cultivo de las virtudes que necesitamos para ir haciendo conciencia de la Cruz que llevamos porque ésta se alimenta de todos los aspectos virtuales que nosotros vayamos realizando en nuestra alma.



Necesitamos las Enseñanzas de las Obras que hemos venido estudiando por las mañana pero no hacerlo por horas o por jornadas de estudio sino practicarlas como mínimo en cada instante de la vida cotidiana.



Esto nos lleva hacer nacer y dar origen la Nueva Raza de la Nueva Era y de la Edad de Oro nosotros. Esto tan simple y tan sencillo es lo que une a la Divina Conciencia Universal y nos lleva de regreso a la Divina Omnisciencia. Mientras más consciente somos de su Omnipresencia nos acercamos más a la Omnisciencia. El cordón de la Cruz nos recuerda esta constante unión al origen divino querámoslo o no reconocer intelectualmente. Eso no le importa ni le interesa a la Divinidad. La unión y la unidad son principios que determinan leyes universales que imperan en toda la creación. En la medida que nosotros hagamos conciencia de este cordón y de la Cruz, la omnisciencia en nosotros irá posibilitando el desarrollo de los Sidhis y estos Sidhis que no son nada extraordinario ni extraño a la evolución humana por el contrario los Sidhis son la participación de la omnipresencia y la Omnipotencia Divina en el hombre.



Esto que hemos reflexionado y mencionado para el hombre oriental consciente es una realidad que cultiva a diario, en cambio en occidente esto no se conoce pero las Enseñanzas que trajo el Sublime Maestre y que nos presentara desde 1948, son un llamado para vivir como manda la Ley Divina: El Dharma.



Así la Orden del Aquarius y todos sus misioneros son conscientes de esto y tienen la obligación de impartirlo de comunicarlo a todo el género humano.



Desde hace miles de años el hombre ha venido desarrollando su ser, muy inconsciente de la eterna unión con su Creador pero ahora se nos invita a algo muy especial, se nos invita a Saber Ser Hermanos, es una Verdad real y vivencial que el Yug ha existido siempre y existirá por siempre jamás. El Yug se vive cada instante a través de la respiración y de esa gracia divina representada en el cordón de la Cruz, el cual se debe venerar, mantener limpio y guardar en un lugar sagrado, con todas nuestras cosas sagradas, lo que consideramos sagrado.



También de acuerdo con el Mensaje Bíblico de hoy, las lenguas e idiomas sagrados son la Presencia de la Omnisciencia de Dios en el hombre, esto también nos hace un Yug con la Divinidad, por eso cada día cultivamos los Mantrams y estas lenguas sagradas darán siempre el camino a seguir a la humanidad.



Esto nos une profundamente y es por ello que siempre invito a los hermanos a pensar en el poder de los 22. Como nos dice el Sublime Maestre, primero fue 16 y luego 22. Por que 16 letras originales? Y cuántos pétalos tiene el 5to. Chakra y cómo ubicar el poder de los 22 en la anatomía oculta del hombre? Necesitamos encontrar esto en el hombre, en nosotros, son las mayores claves en la vida del ser pensante.



PAX...



El Color de los Cordones de la Cruz según los diferentes Grados de Iniciación:



Grado Oriental:


Grado Occidental:


Color del Cordón:


Tamaño y material de la Cruz:

GEGNIAN


Pequeño Novicio


Azul Rey


2 cms. Plata

GETULS


Novicio:


Blanco con Azul


3 cms. Plata

GAGPA


Afiliado:


Blanco


3 cms. Plata

GELONG


Adepto:


Blanco con Morado


5 cms. Plata

GURU


Instructor


Blanco


5 cms. Plata

SAT-CHELLA


Discípulo Verdadero


Blanco con Amarillo


7 cms. Madera

SAT-ARHAT


Apóstol


Blanco


7 cms. Madera

SAT-GURU


Maestre


Blanco


10 cms Madera

EL ARBOL DE LA VIDA


Aquí termina una de las ramas del gran árbol de la vida, que seguramente florecera y dará frutos. Termina como empieza, porque el principio y el final, alfa y omega son lo mismo. Venimos de ¿...? a la vida, y nos vamos hacia ¿...? en la muerte, ese interrogante es el mismo.

Recuerdo que hace un tiempo tratábamos en un foro sobre si todo era unidad o, sobre si todo era vacuidad, unos decían todo es unidad.. otros, todo es vació... en realidad, creo que indican la misma realidad.
En relación a esto leemos en el Kybalion:

“Todo es mente; el universo es mental.
... Diremos que el Todo es ESPÍRITU que en sí es INCOGNOCIBLE y por tanto INDEFINIBLE. Pero puede ser concevido como una MENTE UNIVERSAL, INFINITA Y VIVIENTE. Todo el universo fenoménico es una creación mental de ese Todo, y como tal, está sujeto a las leyes de las cosas creadas...”

Más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se halla la Realidad Sustancial, la Verdad Fundamental.
...Más allá de toda apariencia externa o manifestación debe haber siempre una realidad substancial. Esta es la ley. El hombre, al considerar el universo del cual forma parte, del que es una unidad, sólo advierte un continuo cambio, en lo material, en las fuerzas, en los estados mentales. Nada "es", todo cambia y se transforma, nada permanece quieto, todo está naciendo, creciendo, muriendo. Al alcanzar una cosa su culminación empieza a declinar. No existe ninguna realidad, nada es firme, fijo o substancial.; nada es permamente, todo es cambio.
...la naturaleza íntima de El Todo es incognocible. Y debe ser así, pues nadie, excepcion hecha del mismo Todo, puede comprender su propia naturaleza y su propio ser...

...Todo está en El Todo y El todo está en Todo"

Esta conciencia percibida desde la individualidad fracciona y separa, muchos recorren el camino de retorno hasta descubrir su verdadera naturaleza, el proceso de evolución de la consciencia descorre un velo tras otro conduciendonos a la unión de todas esas partes, y en ese proceso, despertar, volver a dormir, despertar y volver a dormir… hasta abrir los ojos, despertar, y no volverlos a cerrar, sin miedo ni temor a reconocer la verdad. La integracion de cuerpo, alma y espíritu nos conecta al momento presente, no existe nada más allá de este momento.
Esta consciencia individual hay que trabajarla para conectarla con la conciencia universal. Y hay que reconocerlo en vida.

Recuerdo que hace tiempo leí un libro que hablaba sobre física cuántica y lo que mas me llamo la atención fue saber que por primera vez la ciencia tenia en cuenta al observador y a la observación, y que habían descubierto que las cosas existían porque las observaban. La verdad es que me sorprendió, porque seguramente cuando uno se muera dejara de ser el observador y de ahí la importancia de vivir el presente y darse cuenta en vida. Transcribo algunos párrafos de ese libro:

“... ningún otro estado existe entre dos estados cuánticos adyacentes. Esto significa que hay una transición, la forma precedente de la partícula muere y nace otra forma nueva; el intelecto se complace en ver una forma inmortal, algo material que subsiste eternamente y que ocupa de forma sucesiva todos los estados disponible en un continuum.

...La partícula muere y renace sin cesar.

La mente crea así la ilusión se su continuidad; cree subsistir, mientras que nunca es la misma a casa instante. La impresión de continuidad de una individualidad procede de la memoria y las asociaciones creadas entre los elementos memorizados...

La existencia de una discontinuidad en física cuántica no es extraña a esta discontinuidad mental. Toda forma es discontinua, toda manifestación es puntual en el espacio-tiempo. He aquí la esencia de la manifestación de una presencia que de lo contrario es difusa y nunca manifestada.” La plenitud del vació, Jean Bouchart d’Orval

Para mi la pregunta ¿quien soy yo?, esconde un miedo terrorífico a la muerte, una necesidad de indagar en lo desconocido y de descubrir porque estamos aquí.
De hecho esto es lo que había estado realizando recorriendo los senderos del árbol de la vida, en los diarios, en los análisis psicológicos, en la observación de mi misma, de lo que me rodea, en la practica de la sadhana... pero hasta el momento en que no se manifestó mi miedo puro y duro a dejar de existir esa pregunta directa no resonó en mi. Es en ese momento donde uno empieza a hacer practico todo el conocimiento que ha adquirido y a desechar lo que no le sirve.

Puedo reconocer, que sí, que cuando muero no soy el cuerpo ni la mente, pero también reconozco que cuando vivo soy el cuerpo y la mente, que cada una de las partes de mi dice “yo soy” y cada una de las células de mi cuerpo sabe la función que tiene que realizar, a donde tiene que ir y de que forma parte, quizá sea el hombre el único que se haya alejado tanto de su naturaleza que no lo sepa. Y cuando muera el cuerpo se descompondrá y cada parte de él ira al lugar que le corresponda, las ideas y la obra que han formado parte de mi quedaran en la memoria de los que dejo atrás y formaran parte de ese gran inconsciente colectivo y la conciencia individual romperá sus limites, la expansión de la consciencia llegara a su auge para disolverse en si misma, en su origen.

Pienso que hay reconocerse tanto en las cosas externas, como en las internas, en la materia y en el espíritu, porque ¡si! todo es mente, todo es conciencia, espiritu, unidad, vacuidad... consciencia en diferentes estados, esa conciencia puede estar encerrada y limitada a el cuerpo y la mente ordinario, pero también puede salir de ellos, sentirse ser un árbol, las montañas, el viento, una mesa, una casa, una ciudad…. incluso otra persona, es difícil, pero posible ir mas allá y vibrar con otras armonías y crear nuevas melodías.

A partir de este momento empieza a brotar una nueva rama del gran arbol de la vida que indagará en el sentido del despertar y de la iluminación.




Entre la vida y la muerte hay un hilo conductor, el eje, el vehículo, es la conciencia.

La Presencia es la consciencia presente del Ser

La conciencia de Keter esta manifiesta en la presencia de la Shekinah en Malkut.

Shiva conciencia es manifestada por medio de la energía de Sahkti creando el juego de lila.

El funcionamiento armónico de la naturaleza en el Tao comprende al Ying y Yang.

El observador, la consciencia interior, ve su reflejo en lo observado, consciencia externa, por medio de la observación, la consciencia integral y unificadora.


Ser, conciencia y presencia… prácticamente esto lo dice todo, sintetiza todas las formas de pensamiento, que mas podría decir, que mas podría explicar, en que mas me podría enredar…

El poniente impecable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias.
Suave como un sauzal está la noche.
Rojos chisporrotean
los remolinos de las bruscas hogueras;
leña sacrificada
que se desangra en altas llamaradas,
bandera viva y ciega travesura.
La sombra es apacible como una lejanía;
hoy las calles recuerdan
que fueron campo un día.
Toda la santa noche la soledad rezando
su rosario de estrellas desparramadas.

Jorge Luis Borges


Vamos a bailar alrededor de una hoguera para...
descargar el peso que arrastramos, sacudirnos el polvo del recorrido y abrirnos camino.
Para
cortar las cadenas y estar por encima del movimiento incesante de la rueda.
Para
encontrar el valor, la fuerza y la razón para superar el miedo, el dolor y el odio
y trascender a todos los pensamientos negativos que nos limitan para ser felices.

Reconocer al alma,
liberar al espíritu,
sanar al cuerpo.

Para
escuchar a las lejanas voces de los ancestros y recordar lo olvidado del pasado
para saber quien soy, de donde vengo y a donde voy.
Para
abrir los ojos y despertar a la Realidad Total de la Vida
y ver el Destino de los Sueños Futuros como un eterno presente.

Éter envolvente que cocina todos los ingredientes
permite que
la Tierra nutra al cuerpo desgastado
el Fuego queme al ego apegado
y el Agua purifique al alma perdida.

¡Aire! eleva la consciencia de la Materia al Espíritu

IMPORTANCIA DEL ASCENDENTE


En el mundo de la astrología siempre ha habido una pequeña discusión sobre que era más importante: si el signo del Sol (libra, sagitario...), o el del Ascendente... Popularmente lo más conocido era el signo solar: yo soy Capricornio, tu eres Leo... En todo caso, uno de los problemas que había era que, aun entre los astrólogos, el significado del emplazamiento del Ascendente era poco definido, un poco confuso, o quizás insuficientemente estudiado. En cierta manera el Ascendente es la ventana a través de la cual nos relacionamos con el mundo; es nuestra apariencia física y es el cristal a través del cual miramos hacia fuera, al exterior -es la puerta a través de la que nos relacionamos con los demás: con las personas, lo que vemos del mundo y lo que hacemos en nuestro entorno.

En este libro, conciso y lleno de sabiduría, Schulman expone los tres puntos clave que él entiende que son necesarios para sentar una base para nuestro desarrollo personal: los nodos lunares (que indican de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos), el Ascendente, que representa la manera que tenemos de relacionarnos y percibir el mundo, y el resto de la carta (que indica nuestro potencial). En opinión del autor sin una concepción clara sobre nuestra manera de relacionarnos con la realidad tampoco podremos desarrollar con fluidez todo el potencial de nuestra carta astral.

Tras una introducción de 50 páginas, el libro queda estructurado en capítulos dedicados en cada uno de los signos en los que puede encontrarse el ascendente (Virgo, Escorpio, Libra...). El principal énfasis se pone en distinguir el 'correcto' modo de enfocar nuestra relación con el mundo a través del Ascendente, intentando que esta puerta funcione de una manera equilibrada de 'dentro hacia fuera, y de fuera hacia dentro', evitando desequilibrios que bloqueen nuestra relación personal con el mundo. Schulman lo expone a través de lo que denomina el karma personal (nuestra manera de ser) y el karma impersonal (la infinidad del mundo exterior), y que también podría expresarse como reconocer la manera a través del cual podemos expresarnos y enriquecernos a través del signo del Ascendente, en lugar de 'perderse' en la infinidad de posibilidades que encontramos en el mundo exterior.

Como en otros libros de este autor, este es un tratado lleno de sabiduría. Si bien Schulman es conciso, cada una de las frases, de los comentarios y las observaciones están bien asentados, tanto a través de la observación en la práctica astrológica como a través de una profunda meditación sobre la naturaleza humana. Casi podría decirse que este libro puede resultar de provecho incluso a las personas que no estén particularmente interesadas en la astrología.